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Caso de estudio: una ventana en el tiempo

En el estudio nos encontramos a menudo con proyectos que aunque no se puedan catalogar de grandes en términos de presupuesto o escala, exigen un un nivel de reflexión alto (o mayor) en relación a otros. Es el caso de la solución otorgada a fachada trasera de Om Belleza, en Ramallosa (Nigrán).

Antecedentes:

La fachada trasera de la conocida perfumería presenta 3 paneles metálicos situados a varios metros de altura, y cuya finalidad no es otra que la de proteger de la luz  del sol el interior del espacio comercial. Aprovechando su ubicación exterior, y que a demás pasa cerca una carretera la cual presenta a menudo retenciones, dichos paneles estaban siendo utilizados como soporte publicitario. Como no puede ser de otra manera, el paso del tiempo hace mella sobre el adhesivo del vinilo, y comienza a despegarse. El aspecto de deterioro, junto con la necesidad de cambio hacen que la gerencia nos encargue un nuevo diseño con la siguientes características:
1. Fuera rostros. Fuera personas.
2. Elegante, a la par que sencillo.
3. Respeto por la arquitectura del edificio. Diseñar una pieza gráfica que de alguna manera armonice con el entorno.

 

 

¿Por dónde empezamos?

Como siempre, por el principio 😉  Recopilando información y haciéndonos las preguntas pertinentes. La primera y más importante es: ¿es realmente el lugar adecuado para publicitar cualquier cosa? La respuesta a esta pregunta cae por su propio peso: no.
Estando a 20 metros de distancia de la carretera,  con mil y una distracciones al rededor, y presentándose el soporte a trabajar en 3 paneles separados por un metro de distancia entre sí, poco se puede comunicar, y mucho menos persuadir.
Y para ser respetuosos con la fachada… ¿no sería mejor idea entonces, retirar los paneles? probablemente sí, pero logísticamente inviable.

La idea

Comenzamos a darle vueltas…  e influidos por uno de los pilares básicos de la arquitectura (el respeto por el entorno y la preexistencia), ahondamos en la historia de la zona para tratar de encontrar algún elemento que pueda servir de vínculo entre la empresa y el lugar donde se encuentra. De repente, aparece Luicien Roisín: el fotógrafo francés de principios del s.XX afincado en Barcelona (¡otra vez Barcelona!) que, curiosidades de la vida, toma la siguiente fotografía en torno al año 1930, paise ubicado justo detrás del edificio en cuestión, junto al río.

 

rio minor ramallosa. Ahora y foto antigua

 

Una ventana en el tiempo.

De repente, los tres paneles pasan a convertirse una ventana que nos traslada en el tiempo.
La impresión y colocación de los vinilos se realiza a través de Luis Fernández (Grupo Acanor).

Ahora que ya conoces este pequeño proyecto de comunicación gráfica, te animamos a que conozcas alguno de nuestros proyectos de diseño gráfico e identidad de marca 🙂 !

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